Ante esta situación, son los propios habitantes quienes deben encargarse de la recolección y disposición de los restos de poda, realizando tareas que implican un esfuerzo adicional y que, indicaron, deberían ser asumidas por el municipio. En algunos casos, los vecinos se ven obligados a acumular ramas durante largos períodos o a quemarlas de manera controlada para evitar que se conviertan en focos de suciedad o riesgo ambiental.
Desde el barrio solicitaron una respuesta por parte de las autoridades municipales, tanto para garantizar la recolección de ramas y residuos como para avanzar en mejoras integrales que permitan equiparar los servicios con los de otras zonas urbanas.











