Radicado hace años en Buenos Aires, Robina —exjugador de fútbol— fue convocado en un momento crítico, cuando el equipo atravesaba una de las peores campañas en la Primera C, la última categoría de clubes directamente afiliados a la Asociación del Fútbol Argentino. Si el equipo descendía, perdía su afiliación, un golpe del que pocos clubes logran recuperarse.
Con trabajo, compromiso y una fuerte respuesta anímica del plantel, el entrenador uruguayense consiguió revertir la situación y asegurar la permanencia.
“Destaco el esfuerzo del equipo, la alegría por el club, los jugadores, el cuerpo técnico y la hinchada. La idea era salir a jugar con actitud, aprovechando el viento a favor y la buena preparación en la pelota parada, lo que resultó en el primer gol. El equipo sufrió anímicamente al principio, pero empezó a convencerse del trabajo del cuerpo técnico. La clave fue la unión del grupo. Agradezco a la gente por el apoyo constante y por habernos acompañado en este desafío”, manifestó Robina.
Volver a sus raíces
Ahora, con el objetivo cumplido, Cacho Robina proyecta continuar su carrera como entrenador, pero más cerca de su tierra natal. “La idea es volver a Concepción del Uruguay y poder dirigir algún club de la zona, quizás en un Federal A. Ya estoy jubilado y me gustaría seguir en el fútbol, pero desde acá”, expresó.
Su historia combina esfuerzo, experiencia y un fuerte sentido de pertenencia: el de un uruguayense que, desde el ascenso, mantiene viva su pasión por el fútbol y busca volver a dirigir en su ciudad.
