La semana financiera se movió al compás del anuncio del Banco Central de la República Argentina (BCRA) sobre el nuevo esquema cambiario y monetario, así como, en menor medida, la media sanción del Presupuesto 2026 y la ley de Inocencia Fiscal en la Cámara de Diputados. Ambos sucesos, en diferentes escalas, abonaron la estabilidad cambiaria y una significativa reducción del riesgo país a los menores niveles de la era Milei.
A comienzos de semana, el titular del BCRA, Santiago Bausili, comunicó un cambio clave en el núcleo del programa económico: las bandas cambiarias dejarán de ajustarse al 1% para actualizarse por el último dato disponible de inflación a partir del 1° de enero de 2026. La lógica detrás de la medida es evitar una apreciación del tipo de cambio mayorista.
En simultáneo, Bausili informó la puesta en marcha de un programa para acumular reservas internacionales, una demanda que se repetía entre economistas y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El plan estará basado en la evolución de la demanda de dinero y la liquidez del Mercado Libre de Cambios (MLC). Bajo estos nuevos parámetros, la autoridad monetaria calculó que podría captar entre USD 10.000 millones y USD 17.000 millones.
La recalibración de la política cambiaria y de atesoramiento de divisas fue bien aceptada por el mercado. Las acciones anotaron subas y el dólar apenas aumentó, pero los bonos se llevaron todas las miradas, ya que el aumento de su valor permitió que el riesgo país perfore los 600 puntos básicos y toque el menor nivel desde 2018.
“Los bonos soberanos en dólares experimentaron una suba generalizada en la tercera semana de diciembre. Los títulos bajo ley extranjera avanzaron +3,0% en promedio, destacando el GD38 y GD41 con subas de +3,6%. Aquellos bajo legislación local siguieron la misma dirección en +2,7%. En efecto, el riesgo país perforó los 600 puntos básicos y cerró en torno a los 575 pbs”, sintetizó un informe de Puente.
El índice elaborado por JP Morgan cayó desde las 624 unidades del viernes 12 de diciembre a las 573 en el cierre de la semana. De todas formas, en los días previos, el indicador había descendido a 554 puntos, el registro más bajo en siete años, aunque luego sumó cerca de 20 unidades a partir de la lateralización en el precio de los títulos públicos.
Uno de los objetivos principales del equipo económico es llevar el riesgo país por debajo de los 500 puntos, como parte de la estrategia para volver a los mercados internacionales de crédito. El próximo 9 de enero, el Gobierno debe afrontar un vencimiento de deuda que supera los USD 4.200 millones, y el ministro de Economía, Luis Caputo, no descarta la alternativa de refinanciar esas obligaciones ese mismo día. Al mismo tiempo, estudia un acuerdo de tipo repo con bancos internacionales, utilizando bonos como respaldo, por un monto de hasta USD 7.000 millones.
Según estimaciones de Portfolio Personal Inversiones (PPI), la colocación del BONAR 29N por unos USD 910 millones sumada a las compras que realizó el Tesoro en las últimas semanas permitirían cubrir cerca del 45% de los compromisos de deuda. De esta manera, Caputo deberá encontrar una alternativa para abonar -o refinanciar- los USD 2.300 millones restantes.
“El nuevo esquema de bandas, la política de re-monetización y la acumulación de reservas son los temas centrales que están generando un reordenamiento de expectativas de tipo de cambio, de inflación y de tasas de interés. Son los nuevos lineamientos con los que se están valuando los distintos activos financieros”, consideraron los analistas de MegaQM.
A su juicio, las tasas reales de interés son ahora más bajas “y el arbitraje con la curva hard dollar se está dando en niveles más bajos». “Eso ayuda a seguir reduciendo el riesgo país y a viabilizar el retorno a los mercados de capitales. Es un proceso gradual que debería llegar más pronto que tarde a etapa de consolidación cambiaria). Para eso se deben producir noticias positivas respecto a la forma de pago de los vencimientos de deuda de enero y además debería arrancar con buen volumen la recompra de dólares del BCRA. Si eso se logra, la siguiente etapa, de baja en las expectativas inflacionarias, irá llegando gradualmente”, agregó.
Por su parte, un reporte de GMA Capital planteó que si bien “luce viable”, el programa de compra de reservas “no está exento de desafíos”. Desde la óptica de los analistas, la acumulación quedará sujeta al flujo de dólares y a que la demanda de pesos permita absorber la emisión consiguiente sin presionar sobre la inflación.
“Esta secuencia se daría en un contexto de reservas netas negativas y vencimientos exigentes en 2026. El mercado festejó los anuncios y la compresión del riesgo país continúa: ya se posa en 570 puntos, y los bonos largos en dólares rinden 10%, acercándose a otros países de grado especulativo. El delivery en la compra de reservas y en la sanción de reformas serán claves en el 2026″, sumaron. Respecto a las reservas, experimentaron un incremento diario de USD 91 millones el último día de la semana y finalizaron la semana en USD 42.413 millones.
En el plano cambiario, el dólar operado en el Banco Nación finalizó en $1.475, manteniéndose sin cambios en comparación con las dos ruedas anteriores. En el balance semanal, acumuló una suba de 10 pesos. Asimismo, la cotización mayorista descendió un peso hasta los $1.450, aunque cerró la semana con un avance de 11,5 pesos. El volumen negociado alcanzó los USD 538 millones el viernes, una baja de 11,8% respecto a los USD 610 millones que se transaccionaron el jueves. El segmento se posicionó a 4,64% del límite superior de la banda cambiaria establecida por el BCRA en $1.520,53. (infobae)











