viernes, marzo 29, 2024

Betina Bonnin, superando desafíos y cumpliendo sus metas

Se supera a si mismo a cada instante. Nada parece detenerla y nada es un escollo para ella a los 50 años. Todo lo contrario. Lo que para cualquiera es un impedimento o resulta complejo, para Betina Bonnin es un hermoso desafío. La atleta uruguayense, Mentora Deportiva, Coaching Deportivo, viene de participar de Fiambalá Desert Trail, obteniendo el segundo puesto en su categoría en los 200k.

— Hace cuanto en el atletismo y que edad tenés?
— Me defino como una deportista que tuvo sus inicios en actividades al aire libre con un gran amor por la naturaleza, luego fui corredora y que sigo sumando disciplinas. Comencé a correr hace 12 años aproximadamente, a los 38. Cuando mi dedicación fue dando frutos, comencé a competir y a obtener logros locales, regionales y nacionales. Pero mi espíritu inquieto, y cada vez más, me llevó a incursionar desde el rural bike hasta a aprender a nadar y debutar en triatlón a los 49 años. Hoy con 50 mis metas son todas de ultradistancia, con desafíos cada vez mayores.

— ¿Cómo fue correr 200k?

— Para correr esa distancia, para cruzar el arco final, el arco del quinto día (la carrera se desarrolla durante cinco jornadas consecutivas) primero se deben cumplir otras metas. La primera es la que te permite creerte capaz de lograrlo, tener en base a la experiencia y el entrenamiento la confianza necesaria. La segunda meta es pararse bajo el arco de largada, sano y fuerte, con la mochila de herramientas mentales listas y afiladas para enfrentar lo que está bajo nuestro control y gestionar lo que no. La tercera meta es la del quinto día, la que más disfrutamos quizá, pero no la última. La final es la de poder volver a nuestra vida habitual, sanos y fuertes también, pero ya llenos de la satisfacción del proyecto cumplido. Todas esas metas cumplí para esta carrera, lo que me da un gran orgullo.

— ¿Qué significa para vos este gran desafío?

— Es la tangibilización de que la edad no es impedimento para plantearnos grandes objetivos. Que si bien en el paso de los años suceden procesos físicos inevitables, con inteligencia, autoconocimiento, experiencia, y sobre todo gran amor por lo que hacemos, y aunque nos lleve un proceso más extenso, podemos cumplir nuestras metas. Si tuviera que definir qué me motiva, por qué hago lo que hago, diría que es la pasión por los desafíos y la autosuperación.

— ¿Cuáles son los metas en maratones de larga distancia?

— Desde esa mirada que busca desafíos y autosuperación, siempre elijo actividades que representen un reto. En el caso de competencias, serán los 100k en Yaboty (Misiones), la carrera de 320k en bici atravesando la provincia o el medio ironman. Pero mi amor por la aventura me llevará también hasta las tierras formoseñas en el Bañado La estrella para remarlo y al trekking por la cordillera en busca del avión de los rugbier uruguayos en los 50 años de la tragedia. Para todo esto necesito salud, y eso es en definitiva mi mayor búsqueda y logro.

— ¿Con quienes compartís este momento que seguramente debe ser exigente y responsable de tu parte?

— En el día a día, donde debo cumplir entrenamientos intensos y generalmente en doble turno, es indispensable contar con el apoyo del entorno inmediato, que forme equipo para ayudar y sostener. Y aquí no solo cuenta el entrenador – Mauricio Boletti en mi caso, que acepta mis múltiples intereses y le hace espacio en el plan -, la familia y los sponsor – la Universidad de Concepción del Uruguay, Aluplast y Unimédica-, sino también todos aquellos que de una manera u otra hacen posible no sentirse solos en esto que muchas veces llaman locura. Fuente: UNO

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