Según supo La Pirámide, en el Barrio Cristo de los Livos, un grupo de vecinos, liderado por una madre preocupada por la salud de su familia, decidió tomar medidas drásticas para protestar contra el humo y la inacción de las autoridades locales. La decisión de cortar el acceso a camiones de diferentes cooperativas fue motivada por la grave situación de salud que enfrentan varios residentes, incluido un padre con cáncer y niños con problemas respiratorios.
La acción de protesta atrajo la atención de funcionarios municipales, incluyendo a Marianela Marcley y el doctor Miguel Toledo, quienes se mostraron dispuesto a ayudar. Toledo, junto con el señor Urquiza, coordinó el envío de camiones para apagar los focos de incendio en la zona. Sin embargo, la situación se complicó cuando la maquinaria necesaria para combatir el fuego no podía ser utilizada debido a la falta de acceso al galpón municipal.
La situación se agrava con la presencia de un nuevo basural, que según los residentes, fue autorizado por el nuevo dueño de una cantera, cuya identidad permanece desconocida.
