El expresidente de Uruguay José «Pepe» Mujica, de 89 años, fue internado en un hospital de Montevideo «para mejorar sus cuidados», a pocos días de haber culminado un tratamiento contra el cáncer de esófago. Justamente, según indicaron sus médicos, «la rehabilitación le está costando mucho», pero tuvo una «muy buena evolución».
Mujica, quien se venía sometiendo a sesiones de radioterapia desde mayo, se encuentra ingresado en un establecimiento del Centro Asistencial del Sindicato Médico del Uruguay (Casmu), según el informativo televisivo local Telemundo 12. Fuentes cercanas al expresidente confirmaron a Subrayado que la internación está relacionada con su tratamiento y que está siendo sometido a diversos estudios. Asimismo, señalaron que se espera que sea dado de alta dentro de las próximas 48 horas.
Mujica habló con The New York Times y dijo estar «deshecho» por el tratamiento contra el cáncer
Raquel Pannone, su médica indicó a la agencia EFE que Mujica tuvo una «muy buena» evolución luego de que fuera tratado por un tumor, pese a que la rehabilitación «le está costando mucho»: «La rehabilitación le está costando mucho. Se hizo radioterapia y eso le generó algunos síntomas que no está terminando de superar. No es por su enfermedad de base, no es porque tenga ninguna otra complicación. Al contrario, la evolución con respecto al tumor de esófago fue muy buena».
Sin embargo, aclaró que el tratamiento no es inocuo y que el exmandatario tiene otras patologías previas que lo condicionan. «Lo estamos controlando y haciendo todo lo posible para que se pueda recuperar», concluyó Pannone.
A fines de abril Mujica anunció en conferencia de prensa que tenía un tumor en el esófago y que era «muy comprometido”. “Es doblemente comprometido en mi caso porque tengo una enfermedad inmunológica hace 20 años que me afectó los riñones”, indicó ante la prensa, y destacó que por eso hay dificultades para recibir tratamiento médico y cirugía.
En tanto, el pasado 2 de mayo, Pannone brindó una rueda de prensa en la que anunció que el tumor era maligno y sería tratado con radioterapia. «Por las características que se vieron en la imagen teníamos la alta sospecha de que era un tumor maligno. Evidencia que mostró la anatomía patológica. Pepe tiene un cáncer de esófago», resaltó. Además, mostró una tomografía y una ecografía que le había hecho al expresidente donde se veía que no tenía lesiones en ningún otro órgano.
Mujica dijo estar «perdiendo» la vida: «El tratamiento anduvo bien, pero yo estoy desecho»
En una entrevista a The New York Times publicadas el viernes 23, el expresidente afirmó que la radioterapia contra el cáncer de esófago fue considerada exitosa, pero que él se siente «deshecho» y «perdiendo» la vida. «Me hicieron un tratamiento con radiología. Según los médicos, anduvo bien, pero yo estoy deshecho», respondió al ser consultado por su salud. «La vida es hermosa. Con todas sus peripecias, amo la vida. Y la estoy perdiendo porque estoy en el tiempo de irme», agregó.
El expresidente, un exguerrillero que gobernó Uruguay de 2010 a 2015 y sigue siendo una influyente figura en la política nacional y en la izquierda latinoamericana, habló desde su modesta finca en las afueras de Montevideo, donde se recupera de las sesiones de radioterapia que recibió hasta mediados de junio.
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En la entrevista, en la que el Times lo presenta como un «filósofo sin pelos en la lengua», Mujica no escatimó sus críticas a la sociedad de consumo. «La humanidad necesita trabajar menos y tener más tiempo libre y ser más sobria. ¿Para qué tanta basura? ¿Por qué hay que cambiar el auto? ¿Cambiar de heladera?», señaló. «Porque la vida es una y se va. Hay que darle sentido a la vida. Hay que luchar por la felicidad humana. No solo por la riqueza», reflexionó.
También destacó su admiración por la naturaleza, y aunque afirmó no creer en Dios, dijo respetar mucho a quienes sí lo hacen. «Es como un consuelo ante la idea de la muerte». Al respecto, preguntado sobre cómo le gustaría ser recordado, fue enfático: «como lo que soy: un viejo loco» que tiene «la magia de la palabra».
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Mujica, quien se alzó en armas bajo gobiernos democráticos en los años 1960 y 1970 y estuvo 13 años preso, la mayor parte durante la dictadura cívico-militar (1973-1985) y en duras condiciones, convalece de su enfermedad junto a su esposa, Lucía Topolansky, una exguerrillera como él que llegó a ser vicepresidenta de Uruguay (2017-2020).
En una nota titulada «La historia de amor de dos rebeldes que llegaron a liderar Uruguay», que el Times publicó junto con la entrevista, el expresidente se refirió a Topolansky. «El amor tiene edades. Cuando sos joven, es una hoguera. Cuando sos viejo, es una dulce costumbre», reflexionó Mujica. «Si estoy vivo es porque está ella», concluyó. Fuente: Perfil.