El paquete de medidas difundidas ayer afecta también a los jubilados y pensionados, un sector que viene en franco retroceso desde hace varios años.
El Gobierno enviará un proyecto de ley para derogar la ley de movilidad previsional y que los aumentos de 2024 a los jubilados y pensionados se otorguen por decreto.
El objetivo es eliminar cualquier fórmula de ajuste por salario, recaudación o alguna que otra variable. Y que el Poder Ejecutivo fije los aumentos en línea con el ajuste de las partidas sociales y la pérdida del poder adquisitivo que va a tener el resto de la economía familiar.
También habrá una revisión de las pensiones, en especial las por discapacidad. Y se modificarán las pensiones por viudez, excluyendo a los cónyuges convivientes. Y se revisarán los regímenes diferenciales, como el caso de los docentes, docentes universitarios, Poder Judicial y por tareas insalubres.
Por otro lado, habrá un corte en la jubilación moratoria y se mantendrá, con algunos cambios, la PUAM (Pensión al Adulto Mayor).
La inflación -que se proyecta este mes a más del 20%- ya se devoró el bono de $ 55.000 que están cobrando los jubilados de haberes más bajos. Al respecto, Caputo confirmó que los jubilados recibirán una compensación por la inflación.
En relación a un año atrás, el haber mínimo era de $ 50.124 más un bono de $ 10.000 (total $ 60.124) y este mes de diciembre están cobrando una mínima de $ 105.713 + $ 55.000 ($ 160.713). Representa una suba del 167,3%.
En tanto la inflación anual se perfila en torno del 190%. El ingreso total mínimo se ubicaría 22,7 puntos por debajo de la suba de los precios.
De mantenerse el pago del bono de $ 55.000, el ingreso total seguiría en $ 160.713 tanto en enero y febrero, cuando en esos 2 meses la inflación podría acumular un 50% o más La caída del poder adquisitivo de la jubilación mínima podría rondar el 35% en sólo tres meses.
Esto significa que el bono de $ 55.000, en enero debería subir como mínimo a $ 65.000 y a casi $ 80.000 en febrero y aplicar algún aumento de emergencia para los que no cobran bonos.
Los que no cobraron bonos, este año tuvieron un aumento del 110,9% versus una inflación del 190%. Representa una caída del 28% en apenas 12 meses. Si sumamos la inflación de enero y febrero, la caída podría rondar el 40% o más, señala un informe del diario Clarín.