La provincia de Entre Ríos atraviesa una severa sequía que ya afecta al 90% de su territorio. Según la ingeniera agrónoma Evangelina Spengler, del proyecto SIBER de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, “diciembre registró precipitaciones casi un 50% inferiores al promedio habitual”, una tendencia que se suma al segundo invierno más seco de los últimos 40 años.
Aunque la primavera trajo un respiro con lluvias significativas, las precipitaciones volvieron a disminuir en las últimas semanas, impactando directamente en los cultivos. “El maíz logró llegar al llenado de grano gracias a las condiciones térmicas favorables. Sin embargo, la soja enfrenta mayores complicaciones, especialmente la de segunda, que muestra un 70% de superficie en estado regular o malo, con hojas caídas y plantas debilitadas”, explicó Spengler.
A esta situación se suma la aparición de plagas propias de la sequía y la falta de lluvias previstas para los próximos días, lo que preocupa a los productores. Las altas temperaturas agravan aún más la situación hídrica del suelo, limitando el desarrollo de los cultivos y poniendo en riesgo la formación de granos en la soja de primera.
El panorama climático no ofrece soluciones inmediatas: los pronósticos señalan que no se esperan precipitaciones significativas en al menos una semana, lo que incrementa la incertidumbre para el sector agropecuario de la región. (Elonce)