Durante la segunda jornada de la cuarta edición de la Feria de la Palabra, el escritor y periodista Reynaldo Sietecase presentó su cuarta y última novela, “La Rey”. Fue a sala llena en el Auditorio “Arturo Illia”, donde la exposición estuvo moderada por la escritora uruguayense Marga Presas.
Al referirse a su doble desempeño, como escritor y periodista, Sietecase manifestó que “la gente siempre me tiene más visible por el periodismo, sobre todo porque hace años que trabajo en radio y en tele, pero soy escritor antes que periodista, siempre reivindico ese espacio. Defiendo con mucha pasión mi rol con la escritura, porque me siento escritor antes que otra cosa. Si me apuran un poco, soy poeta, antes que nada”, expresó el autor.
Sietecase consideró que “La Rey” es su mejor novela, de las cuatro que escribió. A lo largo de 34 capítulos traza un recorrido doble: el de una niña convertida en narcotraficante, llamada Blanca Rosa González Miszkowski, y el de un objeto antiguo que pertenecía a su abuela, el espejo negro de piedra obsidiana, un amuleto con el poder de trascender tiempo y espacio.
La novela incluye “temas que tienen que ver con la realidad porque el policial, la novela negra, está muy anclada en la realidad. Tiene mucha investigación, pero no porque soy periodista, sino porque, para que una novela de estas características funcione bien, hay que laburar mucho en que sea verosímil y para eso hay que investigar”.
En definitiva, la obra “tiene mucha encarnadura real, pero es novela” y no tiene anclajes reales, a diferencia de las tres novelas anteriores escritas por Sietecase.
La palabra, según Reynaldo
El autor planteó el escenario dicotómico que hoy presenta la comunicación ya que “sobreabundan los elementos de tecnología para la comunicación, entonces en principio parece todo para mejor, pero estamos en un momento donde con tantos elementos de comunicación parecemos incomunicados».
Y aseveró: “Hay una crisis de la escucha que es muy severa”. También describió un contexto actual que incluye “discursos muy violentos, muchos apoyados en noticias falsas. Quienes trabajan con la palabra tienen una tarea muy fuerte que es volver a darle valor, darle peso a la palabra, a algo que es fundamental y parece que nos hemos olvidado de la importancia que tiene”.