Por Valeria Gómez. Docente; Delegada gremial AGMER.
Lejos del final feliz de un cuento, llegamos a octubre y escribo antes de subirme a un micro a marchar a Paraná para llevar adelante la segunda movilización provincial a este Gobernador y a sus políticas de hambre.
Para los que no hacen revisiones históricas finalizamos el segundo mandato de Bordet con tres días de Paro docente, cerrando así un ciclo marcado por fuertes disidencias con el gobernador anterior, que se las remarcamos en contundentes medidas de Paro, tomas del CGE y hasta la instalación de una Carpa blanca que se sostuvo frente a la casa gris en reclamo de lo que siempre decimos: El ajuste nunca debe recaer sobre los trabajadores y trabajadoras.
El inicio de este gobierno (de notado cambio de color político) se presentaba para algunos docentes como el presagio de un camino que ya vivimos: oscuro; y para otros que lo votaron, como la posibilidad genuina de lograr que se cumplan sus promesas de campaña: vamos a invertir en educación, y la educación va a ser prioridad en nuestro gobierno; decía Frigerio en sus redes mientras pedía ayuda para pintar las escuelas rodillo en mano.
Fue rápida la caída del discurso alineándose a las políticas nacionales del Topo del Estado que de un plumazo nos limpió años de conquistas eliminando el pago del FONID, fruto de nuestras propias luchas y el código de conectividad que logramos como reconocimiento ( si se quiere) del trabajo y esfuerzo que hicimos en la pandemia, sosteniendo el acto pedagógico desde un lugar totalmente desconocido, pero no dejando a nuestros gurises sin la posibilidad del vínculo con la escuela en un momento donde sentirse cerca era una caricia ante tanto desconcierto.
Así arrancamos y así es como llegamos hasta acá, con un salario diezmado, una pérdida salarial de más del 30 %, un aumento del 3 % de nuestros aportes jubilatorios por decreto, con una exposición de la que ya éramos blanco en cada inicio escolar en donde se repetía que los docentes nos quejamos para no trabajar, que vivimos de licencia, que los chicos son rehenes de los paros, etc., etc.
Hasta que los padres en las salidas de las escuelas empezaron a ver con nombres y apellidos los recibos de sueldo con montos paupérrimos que cobraban las maestras de sus hijos, sí con nombre y apellidos, reales, porque la incredulidad a veces le gana a la confianza, y así empezaron a entender por qué las maestras y los profesores de sus gurises mostraban su descontento e indignación ante cada propuesta de recomposición que no era tal.
Y ante las medidas de fuerza de alto acatamiento, una primera marcha provincial al gobierno de Frigerio histórica y multitudinaria llevada adelante por los docentes entrerrianos, ante este escenario que tomaba fuerza y otro destino, el gobernador y la justicia, que atienden en el mismo mostrador, nos dictó una medida de conciliación obligatoria ( y eterna ) en donde tuvimos que dejar en suspenso cinco días de Paro que se tradujeron en una jornada histórica para la docencia entrerriana, un hecho inédito del que muchos, sobre todos quienes venimos hace tiempo caminando esas luchas, jamás hubiéramos imaginado vivirla.
Las familias entrerrianas y los estudiantes primarios secundarios y universitarios, en un claro gesto de empatía, de solidaridad y también de protesta llevaron adelante un PARO de Alumnos.
No hubo una escuela en toda la provincia donde nos presentábamos a dar clases que no tuviera aulas vacías, aulas vacías pero llenas de contenido político, porque eso de que “docente luchando también está enseñando” no es un slogan simplista, es una forma de entender la educación. Ese 23 de agosto de 2024 va a grabarse en la memoria de la lucha docente entrerriana convirtiéndose quizás en el ejemplo más real de que alguna vez el dato mató al relato.
Hoy, luego de una extensa conciliación obligatoria que fracasó, como nunca en la historia de nuestro sindicato, luego de mandar la policía a amedrentar, de borrar expresiones genuinas, de descontar días de paro, de dilatar los tiempos y burlarse de la ley paritaria, de insistir con instalar mentiras, desconociendo la historia de nuestro colectivo docente, de querer imponer una resolución para apretar a los directivos que también son compañeros y compañeras y con ella instalar a la educación como un “servicio” vamos a volver a marchar frente a la casa de gobierno provincial. Y vamos a marchar junto a compañeros y compañeras que tenían esperanza en este gobierno, muchos que lo votaron sin dudas, y hoy se suman a las marchas, porque no debe haber peor desilusión que la de los que lo pusieron en ese lugar y hoy ven con claridad porque sienten el deterioro de su salario y la pérdida de su calidad de vida.
La dignidad docente no da privilegios ante diferentes colores políticos partidarios, las marchas en defensa de la educación se las hacemos al que gobierne, sea quien sea cuando la educación está en peligro y aún más cuando nuestras compañeras y compañeros ya no saben que inventar para poder resistir y llegar a comer el último día del mes, y esto no es una hipérbole. Nunca antes, salvo en la era del radical Montiel, los maestros no sabían con qué llenar la olla.
Por eso seguimos enfrentando esta política de ajuste y hambre, aunque nos amedrenten con descuentos, con falacias, tratando de dividirnos, los maestros estamos de pie.
Somos maestros, maestras, docentes, no nos damos fácilmente por vencidos, cargamos la historia de los que nos precedieron que son parte de lo más noble y digno de la Argentina: Isauro Arancibia, Osvaldo Requena, Marina Vilte, Alfredo Bravo, Carlos Fuentealba, entre otros.
Vamos a estar enfrentando cada atropello a la educación del presente y del futuro y defendiéndola de topos, verseros y hambreadores.
Y no importa si se nos va la vida esperando que se resuelva este conflicto como al coronel[iv] o tengamos que esperar como Florentino Ariza[v] y Fermina Daza. Tenemos ensayada, como Florentino, una respuesta.
(…)
-y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo? – le pregunté
Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches.
-Toda la vida- dijo. ( [vi])
Que se nos vaya la vida, si hace falta, en este camino de no querer aceptar el mandato de un puñado de foráneos, vende patrias, que quieren decirnos a los trabajadores que luchando no estamos enseñando.
Nos vemos, en las calles.
Valeria Gómez. Docente; Delegada gremial AGMER.
[i] Hiperbólico: exagerado, excesivo, desmedido.
[ii] Realismo Mágico: movimiento literario surgido a principios del siglo XX. Define su preocupación estilística y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano.
[iii] Gabo: apodo del escritor colombiano Gabriel García Márquez, referente del realismo mágico; autor de obras como “El coronel no tiene quien le escriba”, “EL amor en los tiempos del cólera”, entre otras.
[iv] Coronel: personaje de la novela de García Márquez; “El coronel no tiene quien le escriba”; 1955. [v] Florentino Ariza y Fermina Daza; personajes de la novela de García Márquez; “El amor en los tiempos del cólera”; 1985.
[vi] Fragmento final de la novela de García Márquez; “El amor en los tiempos del cólera”; 1985.