Una de las vecinas afectadas, comentó: «Hemos estado haciendo reclamos y solo recibimos respuestas vacías. La situación es crítica y necesitamos soluciones urgentes». Los habitantes han documentado el estado de las calles con fotografías que evidencian los peligros que enfrentan diariamente.
A pesar de los esfuerzos por comunicarse con las autoridades locales, los residentes sienten que sus preocupaciones han sido ignoradas. «Ya no podemos vivir así. Es un riesgo para nuestra seguridad y nuestra calidad de vida», agregó Maia Rocio, otra vecina afectada.
Los habitantes del barrio 68 viviendas esperan que su situación sea atendida con la urgencia que merece y hacen un llamado a las autoridades para que tomen acción inmediata.