Luego de meses de amenazas y críticas desde la Casa Rosada hacia su funcionamiento, la motosierra de Javier Milei llegó al bloque de parlamentarios argentinos del Parlasur. La suspensión desde el Estado del pago de viáticos, gastos de transporte y pasajes para las sesiones de ese cuerpo legislativo son el principal motivo de disputa. En el Parlasur hay 43 legisladores que representan a la Argentina. Perciben US$ 74 por día en concepto de viáticos y US$ 194 para alojamiento.
Anteayer, una treintena de parlamentarios de los países miembro del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia) firmaron una nota de protesta, encabezada por el legislador brasileño Celso Russomanno, en la que cuestionan la decisión del gobierno argentino, que a través de una decisión administrativa firmada el 17 de septiembre pasado por el jefe de gabinete, Guillermo Francos, y la canciller, Diana Mondino, deslindó el pago de esos viáticos en el propio Parlasur. Lo hizo en base a un voto en disidencia del juez de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, ante una presentación de la exlegisladora Fernanda Gil Lozano. “(Ese voto) resolvió que el Estado argentino no tiene a su cargo el pago de las remuneraciones reclamadas”, dice en sus considerandos la resolución administrativa firmada por la canciller y el ministro coordinador, publicada en el Boletín Oficial y que establece además mayores controles para la emisión de pasajes y gastos en toda la administración pública.
“Es el Mercosur, como persona jurídica diferente, y más precisamente el Parlasur, a través de su Mesa Directiva y Presidencia –y no el Estado Argentino– el obligado a resolver y pagar las remuneraciones de los parlamentarios”, dice el fallo de Rosatti que el Gobierno utiliza como argumento para suspender los pagos. Los parlamentarios opositores afirman que se trata de un “voto en disidencia” sin efecto alguno. Y denuncian que, en el Presupuesto 2025, no aparece ninguna partida para hacer frente a los gastos que demanden los viajes de legisladores hacia y desde Montevideo, sede del Parlasur, actualmente en refacciones.
“La medida afecta de muerte a la institución multilateral que representa las aspiraciones de integración de todos los pueblos del Mercosur”, dice la moción encabezada por Russomanno, legislador del centro brasileño, y votada el mismo lunes durante la sesión, realizada en Asunción del Paraguay.
Para poder funcionar, el parlamento del Mercosur necesita la presencia de, al menos, dos legisladores de cada país. Según fuentes de la oposición en la representación argentina, la decisión de trasladar el pago de los viáticos al Parlasur (que no tiene los fondos para hacerse cargo y ya acumula dos viajes sin haber hecho efectivo los pagos, aunque a los legisladores sí les facilitaron los pasajes aéreos) va en línea con una decisión “política” de “bajarle el precio” al Mercosur en su conjunto. El propio Milei, que en la campaña electoral habló de “disolver” el Mercosur, faltó a la reunión de presidentes del Mercosur en julio pasado “por cuestiones de agenda”, aunque asumirá la presidencia pro-témpore del bloque común en enero del año próximo.
La diputada Lilia Puig, parlamentaria electa por Juntos por el Cambio, afirmó luego de la sesión del lunes que “la representación popular es un derecho ciudadano y nosotros estamos acá por los que nos eligieron”. Y agregó: “Estamos viviendo un proceso de desprecio institucional en la Argentina”, sostuvo la dirigente de la UCR. El jefe de la delegación argentina, Gabriel Fuks (Unión por la Patria), agregó que “esta decisión de la jefatura de gabinete se enlaza con una sucesión de acciones del gobierno argentino contra el Mercosur y la integración regional”. Fuentes de ese bloque agregaron que Argentina no abona en tiempo y forma su cuota para otros dos organismos del Mercosur, el Instituto Social y el de Derechos Humanos, que tiene sede en el predio de la ex Esma.
Además de Puig y Fuks firmaron la carta por el kirchnerismo la extitular del Inadi Victoria Donda; la exsecretaria de Ambiente Cecilia Nicolini; la exsecretaria de Cultura Teresa Parodi y el camporista Franco Metaza. Se sumaron diputados de otros bloques, como el macrista Lucas Incicco y el radical Alvaro de Lamadrid.
Para otro de los legisladores enojados, que deberían percibir US$ 74 por día de viáticos y US$ 194 para alojamiento (no perciben dieta), “no estamos discutiendo únicamente por plata”.
Ayer, en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, alertó sobre la peligrosidad de los “experimentos ultraliberales que no hacen más que empeorar las dificultades de un continente empobrecido”, en aparente alusión tanto a su rival interno, el ex presidente Jair Bolsonaro, como a Milei. El discurso del presidente argentino, sin alusiones al Mercosur, se centró en cuestionar a la ONU por impulsar una agenda “socialista”, como calificó a la agenda 2030 y el Pacto por el Futuro. Las disidencias amenazan con extenderse, más allá de la renovada vocación del Presidente por concretar, desde el mercado regional común, el demorado acuerdo con la Unión Europea. Fuente: La Nación