Créditos: Rodrigo López
El ciclista paralímpico oriundo de Colón, cuatro veces campeón del mundo y dos veces medallista, Rodrigo López, dialogó en Rompiendo el Hielo (09:00 a 11:00 por Mavi TV) sobre su recorrido profesional en el deporte. «Todavía no colgué la bicicleta», enfatizó.
López tuvo una probable encefalomielitis herpética, por lo que tuvo secuelas en la audición, el habla y la motrocidad fina en las manos. A pesar de ello, explicó que la pasión por el ciclismo comenzó cuando era chico, ya que su papá también realizaba el deporte, aunque «no quería que lo practicara». Y recordó: «Una vez se hizo una carrera y le dije a mi mamá que iba a participar. Me escapé un domingo a la mañana para ir igual, mi papá se enteró y no me pudo decir nada».
Sin embargo, recordó: «Quedé segundo en esa carrera». Desde ese entonces comenzó un largo recorrido para llegar al ciclismo adaptado pero encontró que en Argentina no existía. «Busqué la forma y al tiempo se empezó a formar un grupo. Gracias a mi salida en España en 2001 empecé a competir internacional, por lo que la Federación de Ciclismo lo trajo para Argentina. Soy, un poco, el fundador del ciclismo adaptado en el país», rememoró.
Asimismo, explicó: «En el ciclismo adaptado las reglas son las mismas que en el convencional. La diferencia es que tiene categorías de acuerdo a la discapacidad. Hay C1, C2, C3, C4 y C5. También hay distintos tipos de bicicletas».

Por otro lado, su padre, Juan Carlos, se desempeña como su entrenador, por lo que Rodrigo sostuvo: «Sé diferenciar cuándo es padre y cuándo es entrenador».
En cuanto a su participación a nivel internacional, señaló: «Nunca pensé que iba a competir en seis Juegos Paralímpicos. Hace 20 años que estoy en el ciclismo. Mi meta era París porque es un ejemplo en el ciclismo, con el Tour de Francia. Justo coincidió que eran 20 etapas en mis 20 años de carrera deportiva».
En el National Velodrome de Paris, Francia, el pasado 30 de agosto López compitió en la clasificación de los 1.000 metros contrarreloj de los Juegos Paralímpicos en categoría C1. Se trata del segundo evento en el que participó luego de haber obtenido el diploma en los 3.000 metros persecución individual C1. En esa competencia terminó en la 12° posición de 17 participantes.
En medio del repaso por su recorrido deportivo, enfatizó: «Todavía no colgué la bicicleta».
Reconocimiento con un monumento en Colón
Alumnos de la Escuela de Educación Técnica Nº1 Herminio Juan Quirós construyeron una estructura que simula un globo terráqueo con una bicicleta en la parte superior, en señal de todos los países recorridos y el desempeño que tuvo López a lo largo de los años.

En ese marco, señaló: «Es emocionante. Fue idea de vecinos. Cuando fui a España en 2001 no tenía apoyo de nadie, ni de la Federación, por lo que tuve que ir juntando el dinero. Los vecinos de Colón siempre me dieron mucho apoyo y nunca me imaginé este reconocimiento con el monumento».
Además, indicó que espera que las generaciones futuras «se van a poder inspirar y si yo lo pude tener ellos también. Estoy pensando en seguir motivando a los jóvenes en el ciclismo y me gustaría que en el futuro haya más personas entusiasmadas. Me gustaría estar más involucrado en las charlas a jóvenes, en motivarlos. No tengo problema, solo me tienen que llamar y voy, o incluso a través de Zoom», destacó.
Por último, López se dirigió a los chicos y a los padres y remarcó: «La vida no es fácil, nadie te va a regalar nada o va a venir a buscarte. Hay que luchar, trabajar, tener paciencia, ser perseverante y volar alto pero con los pies en la Tierra».

Y recordó: «Le prometí a mi abuela, cuando era chico, que iba a ser campeón mundial y nunca renuncié a mi sueño. Llegué a un mundial, más allá de los resultados. Los sueños están para cumplirlos, con fe, mucha disciplina y perseverancia se puede».
Las victorias de López
Rodrigo López debutó en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004, donde consiguió una medalla de bronce en ciclismo adaptado. Su habilidad y dedicación lo llevaron a repetir hazañas en Londres 2012, obteniendo otro bronce, esta vez en la persecución individual.
A lo largo de su carrera, también participó en las ediciones de Beijing 2008, Río 2016 y Tokio 2020+1, todas en la categoría C1, destinada a ciclistas con parálisis cerebral o amputaciones.