En una noche épica en el estadio Monumental Presidente Perón de Córdoba, Independiente Rivadavia de Mendoza se consagró campeón de la Copa Argentina por primera vez en su historia. El equipo, dirigido por Alfredo Berti, enfrentó a Argentinos Juniors en una final llena de emociones, que culminó 2-2 en el tiempo reglamentario y se definió 5-3 en la tanda de penales.
Desde el inicio, Independiente Rivadavia mostró un juego valiente y decidido. Apenas a los ocho minutos, Alex Arce abrió el marcador con un cabezazo tras un centro de Alejo Osella. Sin embargo, el partido dio un giro cuando, antes del final del primer tiempo, Maximiliano Amarfil fue expulsado, dejando a la Lepra con diez hombres.
En el segundo tiempo, Matías Fernández amplió la ventaja a 2-0, pero Argentinos Juniors no se rindió. Alan Lezcano descontó rápidamente y, tras una serie de expulsiones y la lesión del arquero titular Ezequiel Centurión, el partido se tornó dramático. Con un cabezazo de Erik Godoy, Argentinos logró empatar y forzar la definición desde el punto penal.

La tanda de penales fue un momento de tensión y emoción. Nicolás Retamar, el uruguayense que había llegado al club este año, convirtió su penal y fue testigo de cómo su compañero Guido Marinelli, quien ingresó como suplente, se convirtió en héroe al detener dos remates de Argentinos Juniors. La victoria por penales no solo representó un hito para el club, sino también un motivo de orgullo para Mendoza.
Nicolás Retamar, quien surgió del fútbol uruguayense y ha tenido pasos por Gimnasia, Juventud Unida, Atlético Paraná, Sportivo Las Parejas y Ferrocarril Oeste, se unió a Independiente Rivadavia este año. Su actuación en la final fue fundamental, no solo por convertir su penal, sino también por su entrega y dedicación a lo largo del torneo. Después de la victoria, Retamar expresó su emoción: “Este título es para toda la gente de Mendoza, para quienes siempre nos apoyaron”.

Este triunfo marca un antes y un después en la historia de Independiente Rivadavia, que, tras su ascenso a Primera División el año pasado, ahora suma su primera estrella nacional. La victoria es un símbolo de esfuerzo y unidad, reflejando el espíritu de lucha de un equipo que no se dio por vencido ante la adversidad. Con miles de hinchas celebrando, la Lepra se posiciona en la historia del fútbol argentino, llevando a Mendoza a lo más alto del podio deportivo.











