En medio de la búsqueda del cuerpo de Cecilia Strzyzowski, un equipo de la Dirección de Criminalística y Estudios Forenses, junto a agentes la Unidad de criminalística de la Agrupación de Chaco de Gendarmería Nacional (GNA), inspeccionaron hoy la casa de Emerenciano Sena y Marcela Acuña en la ciudad de Resistencia. El resultado del peritaje fue positivo: se hallaron rastros de sangre y una mochila quemada que serán analizados.
El procedimiento se llevó a cabo en la casa del matrimonio Sena, ubicada en Santa María de Oro al 1465. En primer lugar, los peritajes se concentraron en la habitación donde Acuña dijo haber visto un “bulto” parecido a un cuerpo, al que describió de color “marrón o gris”, del tamaño de una “bolsa de boxeo” y que estaba “cerrado”. En esa pieza, las pruebas de luminol descubrieron manchas de sangre, que serán sometidas a estudios para determinar si son humanas.
Pero eso no fue todo, ya que, además, en el patio de la vivienda se encontraron restos de una mochila quemada, de acuerdo a las fuentes.
Cabe recordar que Cecilia fue registrada por última vez ingresando a la casa de los Sena: una cámara de seguridad la captó antes de que entrara a la vivienda durante la mañana del viernes 2 de junio, unos minutos después de las 9. Sin embargo, no hay evidencias fílmicas de que haya salido.
Frente a los fiscales, Acuña dio su versión acerca de lo que ocurrió ese viernes 2 de junio en su domicilio. Dijo que aquella mañana había ido, junto a su marido, al barrio Emerenciano a realizar algunas actividades y que en el lugar apareció, entre las 10.30 y las 10.45 (N.d.R.: poco más de una hora después de la entrada de Cecilia a la casa), el hijo de ambos, César. “Lo vi colorado, con un rasguño en el cuello, y una lastimadura debajo de la barbilla. Le pregunté qué ocurrió y me dijo me se había peleado con Cecilia. Como había gente en el lugar no quise preguntar más”, repasó.
Según su relato, César regresó a la casa unos minutos después y el matrimonio hizo lo propio un rato más tarde, cerca del mediodía. Ya en la vivienda de Santa María de Oro, a Acuña le llamó la atención que la puerta de la habitación donde hoy se hallaron los rastros de sangre estuviera abierta.
“Me pareció extraño porque esa puerta siempre está cerrada, con lo cual opté por ir a ver que había (…) No prendí la luz, había como un reflejo que venía de la ventana y, al mirar del lado derecho de la habitación, vi un bulto marrón, gris, no podría definir bien el color, todo cerrado, similar a una bolsa de boxeo, del tamaño, pero también se me hizo que era un cuerpo, salí asustada de ahí, no definía lo que había visto, no estaba segura”, afirmó Marcela. Infobae.