Mientras en Concordia la reducción de asesores legislativos por decreto ocupa los titulares nacionales, en Concepción del Uruguay no hace falta recortar lo que nunca se tuvo. Nuestro Concejo Deliberante funciona desde siempre sin un solo asesor político contratado: ni por bloque, ni por concejal.
En el Concejo Deliberante de Concordia, incluso luego del ajuste, un solo bloque conserva 16 asesores. Acá, la cuenta es clara: cero. Y sin embargo, el cuerpo legislativo local sesiona con regularidad, trabaja en comisiones, produce ordenanzas, controla al Ejecutivo y mantiene vínculo con la comunidad. Sin estructuras paralelas, sin planteles ampliados, sin privilegios.
No es un dato menor. En tiempos donde se discute cuánto cuesta la política, vale destacar cuando la política rinde, sin gastar de más. El trabajo parlamentario de nuestra ciudad se sostiene con la convicción y el compromiso cotidiano de concejales y concejalas que, más allá de diferencias, entienden su rol como una función pública esencial y austera.
Este no es un texto para criticar lo que otros hacen, sino para valorar lo que aquí se construye con responsabilidad, sin estridencias ni gastos superfluos. Porque también es posible mostrar que la política local puede ser eficiente, cercana y seria, sin caer en la tentación de los fuegos artificiales.
En Concepción del Uruguay, la austeridad no es un anuncio: es práctica diaria y silenciosa. Y también, una forma digna de fortalecer la democracia. Una democracia que, en esta ciudad, sostenemos entre todos los bloques políticos, con trabajo serio, austero y profundamente local.
