«Es paradójico que un presidente venga a anunciar obras millonarias y ni siquiera pueda bajar el cordón de la vereda ni mucho menos caminar por las calles de la ciudad, será acaso porque vive alejado de la realidad que viven los millones de argentinos?».
«No habla de la inflación, no habla de las impagables tarifas de luz, no habla de la sequía y del impacto que tiene en el sector productivo agrícola ganadero, no habla de la pobreza, del abandono escolar, de la falta de trabajo, de oportunidades, no habla de la corrupción, en realidad no habla de nada».
«Veremos en lo que queda de este año, miles de actos para “vender espejitos de colores” que no definirán el futuro de nuestra gente y tampoco aliviara su presente, es patológico que el poder ante la imposibilidad de dar respuestas, se aísle y describa microclimas como la realidad de la mayoría».
«No se puede tapar el sol con las manos, quien no es capaz de concitar el acompañamiento de su propio espacio, de conducir a sus ministros, ni siquiera acordar una agenda razonable con su Vicepresidenta no puede mejorar la vida de nadie, solo puede traer más problemas a los que ya existen».
«Según el INDEC, hay 3.700.000 personas en la indigencia, pero en el gobierno hablan de inversiones millonarias que llegan muy tarde, que no brindan soluciones concretas a los problemas devenidos de la altísima inflación que perjudica a trabajadores y jubilados, no dan respuesta a la suba excesiva de tarifas y nada hacen por la sequía que afecta a la inversión y al esfuerzo de los productores y a la vez exhiben una incapacidad de generar condiciones para que los industriales puedan importar sus materias primas o una deficiencia en infraestructura vial, rutas y caminos que permitan que la producción sea exportable».
«Es la concreción del proyecto de una Argentina distinta, con inclusión, trabajo, educación y sobre todo transparencia y honestidad en el manejo de la cosa pública, lo que finalmente nos liberara de esta sensación de hartazgo y cansancio que tenemos», finalizó.