La historia de Alejandro Magno quemando sus naves al llegar a Persia es un ejemplo
poderoso de determinación, convicción y compromiso. Al eliminar cualquier ruta de
escape, Alejandro y sus tropas se vieron obligados sí o sí a avanzar hacia adelante, sin
alternativas posibles. Retroceder no era una opción. Sólo quedaba ir hacia adelante, con
determinación y sacrificio. En resumen, la historia nos enseña que la determinación y el
compromiso son clave para alcanzar nuestras metas. Eliminar las opciones de escape
puede ser una forma de forzarnos a avanzar hacia adelante.
Esta estrategia ¿puede ser aplicada a nuestra realidad actual? Sí, en la vida personal y
profesional, en la vida en sociedad y el desarrollo en comunidad. Al comprometernos
plenamente con una meta superadora y eliminar todo tipo de distracciones y tentaciones
de renunciar o claudicar podemos hacerlo. Mirando al horizonte que tenemos por delante
y mucho más allá de él podemos desarrollar una mentalidad invencible y alcanzar
nuestros sanos objetivos, como por ejemplo aquellos que sean para beneficio del
conjunto.
La necesidad del momento puede ser un aliado poderoso cuando nos comprometemos
plenamente con un objetivo. La mentalidad invencible sólo es posible cuando nos
forzamos a avanzar sin vuelta atrás. Como ahora, sólo nos queda una salida y es hacia
adelante. Juntos por supuesto. Pues nadie se salva sólo y mucho menos construye
comunidad en soledad. Algo muy necesario para salir de esta frustrante situación de
insatisfacción y bronca social en la que nos han metido.
La encrucijada
La Argentina se encuentra en una encrucijada política y social. La crisis de
representatividad política sigue sin resolverse desde el 2001 y se profundiza cada vez
más. El mensaje de la anti política cobra fuerza conforme pasan los días. El desencanto
y el descrédito hacia las instituciones y los líderes políticos han generado una sensación
generalizada de abatimiento y desilusión. Falta confianza y no es fácil re generarla.
La corrupción, la impunidad y la falta de compromiso muchas veces con la vida y la
dignidad humana han contribuido a esta crisis durante los últimos años. Por más que
hayan habido momentos para celebrar, han habido de los otros de los que nos debemos
avergonzar, repudiar e interpelar. La gran deuda del país sigue siendo la interna, la
social, la de la falta de desarrollo humano. La sociedad argentina se enfrenta a
problemas como la pobreza, la marginación y la desigualdad. El gran frente de liberación
nacional ha quedado sólo en títulos para una circunstancial plataforma electoral que
nadie reclama su cumplimiento luego, en los hechos la realidad nos muestra otra cara de
una misma moneda, siempre. A veces esa moneda no vale nada, a veces lo vale todo.
Reconocer para avanzar
Es fundamental reconocer que la crisis política y social en nuestro país no es sólo
responsabilidad de los líderes políticos, sino también de la sociedad en su conjunto, de la
que somos parte de manera integral de forma heterogénea. A todos y cada uno nos cabe
una cuota parte del contrato social, con responsabilidades, derechos y obligaciones, con
sus aciertos o errores. Es dable pensar que la falta de participación y compromiso
ciudadano en el último tiempo ha permitido que la crisis se profundice. “Si los buenos no
se comprometen, lo malos tiene el terreno libre”. Lo peor es que a veces no quedan los
malos, quedan los vivos, otras tantas los brutos. De cualquier género, pues para ciertas
cuestiones no hay discriminación de identidades. Hay de todo, “como en botica”.
Para superar esta crisis es necesario “pegar un salto”, replantear la relación entre la
política y la sociedad al menos para empezar. Parece una “frase trillada” pero debemos
sí o sí reconsiderar la relación ética entre fines y medios y ubicar a las personas como la
medida de todas las cosas. En términos económicos, las personas son más que
“números”, son seres humanos de carne y hueso, no una representación de Excel en
donde el saldo debe ser positivo a como de lugar o de base cero, como algunos
presupuestos estatales. Los números sirven para ilustrar, pero son la explicación sobre
personas. Coincidimos en que deben cerrar las cuentas, sí, pero con “la gente adentro”,
sin profundizar la marginación. Por eso es fundamental construir hacia adelante una
sociedad guiada por la justicia y la igualdad, sin exclusiones ni marginados de ningún
tipo. “O es pa´todos la cobija, o es pa´todos el invierno” expresa Jauretche.
Las naves
La refundación de los principios básicos del país, la defensa de la dignidad humana y la
lucha contra la marginación y la pobreza son objetivos fundamentales para superar la crisis. El “quemar las naves” nos deja una lección principal para la historia y la vida entre
semejantes, entre compatriotas. Es que la verdadera fortaleza emergerá cuando
eliminemos las opciones que nos permitan abandonar. No podemos retroceder, no
podemos claudicar, debemos ir para adelante. Al forzarnos a avanzar sin vuelta atrás, la
necesidad se convertirá en nuestro aliado y nos empujará hacia adelante hasta que
alcancemos lo que nos propongamos.
Es hora de lograr consensos que fortalezcan los lazos de pertenencia solidaria a la
comunidad y proponer acciones que generen esperanza en todos para tener un presente
mejor y un futuro digno. Como enseña Tagore, seamos el sándalo, que perfuma el hacha
del leñador que lo hiere. “Quememos las naves” y salgamos juntos hacia adelante a
enfrentar la batalla contra el desinterés, la desigualdad y la falta de empatía. Lo nuestro
es la gente. Ahora y siempre. No lo olvidemos.
Juan Martín Garay: Abogado. Concejal 2023-2027. Vicepresidente 1° HCD. Presidente del Bloque Concejales PJ 2023-2027. Apoderado del Consejo Departamental PJ Uruguay. Congresal Provincial del PJ ER. Secretario de Gobierno 2019-2023. Concejal 2015-2019. Presidente del Bloque Concejales PJ 2017- 2019. Presidente Comisión Hacienda y Presupuesto 2015-2019. Decano del Colegio Mayor Universitario de Santa Fe 2003-2004.